Parece limpia, no huele mal y sabe bien. Pero ¿es realmente segura? Cada día, millones de personas en España beben agua del grifo pensando que está libre de impurezas. Sin embargo, incluso el agua potable puede contener sustancias invisibles que con el tiempo afectan a nuestra salud y la de nuestros clientes si gestionamos un negocio de hostelería, restauración o bienestar.
Este artículo está pensado para ti, que buscas una respuesta clara y real sobre los contaminantes en el agua y qué puedes hacer al respecto según tu ubicación.
¿El agua del grifo es potable pero… es pura?
En España, el agua del grifo suele ser potable, pero eso no significa que sea ideal para el consumo. Cumplir con los mínimos legales no garantiza que esté libre de contaminantes como microplásticos, nitratos o residuos de metales pesados. De hecho, el agua puede verse afectada por múltiples factores: agricultura intensiva, viejas tuberías, productos de limpieza industrial o incluso la desinfección con cloro.
Y aquí viene la pregunta clave: ¿realmente quieres que eso esté en tu café, en tu vaso o en el agua que ofreces a tus clientes?
Principales contaminantes en el agua del grifo en España
Microplásticos
Pequeñas partículas plásticas que se cuelan en el agua por el desgaste de tuberías, residuos de plásticos o incluso el lavado de ropa sintética. Se han detectado microplásticos en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Aún no se conocen sus efectos exactos, pero se están acumulando en nuestro cuerpo. Y no, el cloro no los elimina.
Según estudios recientes, más del 80% del agua del grifo en Europa contiene microplásticos en alguna medida. Aunque se están empezando a regular, la única forma eficaz de eliminarlos es con sistemas avanzados de purificación.
Nitratos
Muy comunes en zonas agrícolas como Murcia, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana. Provienen de fertilizantes y contaminan acuíferos subterráneos. En altas concentraciones, los nitratos en el agua pueden provocar problemas digestivos y respiratorios, especialmente en niños pequeños.
Los nitratos no alteran el color ni el sabor del agua, lo que los hace aún más peligrosos: sólo los detectas si los analizas. Y aunque el límite legal está en 50 mg/l, en muchas zonas se superan de forma intermitente sin que el usuario lo sepa.
Cloro y subproductos
El cloro se usa para desinfectar, pero deja residuos como los THM (trihalometanos), compuestos que pueden tener efectos negativos a largo plazo. Además, altera el sabor y el olor del agua.
En zonas con alto uso de cloro, como algunas áreas urbanas con infraestructuras viejas, los usuarios perciben claramente ese “sabor a piscina”. Esto puede reducir el consumo de agua y aumentar la compra de agua embotellada, con el coste y residuos que eso implica.
Metales pesados
Tuberías antiguas y sistemas de distribución obsoletos pueden liberar plomo, cobre y aluminio al agua del grifo. Aunque en pequeñas cantidades, estos metales no deberían estar presentes. Son peligrosos para la salud neurológica y hepática.
El plomo, en especial, es un contaminante silencioso. Su acumulación está relacionada con problemas de desarrollo en niños y enfermedades crónicas en adultos.
Cal (agua dura)
El exceso de cal no es tóxico, pero sí un problema técnico y de sabor. Es habitual en el levante español (Alicante, Murcia, Baleares) y daña electrodomésticos, cafeteras, máquinas de helado y sistemas de osmosis.
La cal incrusta resistencias, reduce la eficiencia energética y acorta la vida útil de cualquier sistema que dependa del agua. Esto se traduce en costes ocultos para hogares y negocios.
Contaminación por zonas: ¿dónde hay más riesgo?
En Beber Salud analizamos el agua por ubicación. Aquí una visión general:
- Madrid: agua buena, pero puede contener cloro y residuos urbanos.
- Barcelona: agua dura, clorada y con riesgo de metales en zonas con tuberías antiguas.
- Valencia y Murcia: niveles preocupantes de nitratos y mucha cal.
- Castilla-La Mancha: nitratos en zonas agrícolas.
- Baleares: agua muy dura, con riesgo de salinidad y exceso de minerales.
- Galicia y norte peninsular: agua más blanda, pero riesgo de pesticidas rurales.
Además, zonas costeras pueden presentar intrusión salina: el agua subterránea se mezcla con agua marina, lo que altera su composición química y la vuelve inapropiada para consumo sin tratamiento.
¿Por qué importa esto en tu hogar o negocio?
En casa:
- Los filtros básicos no eliminan microplásticos ni nitratos.
- El mal sabor hace que las personas beban menos agua.
- Se dañan cafeteras, lavavajillas, hervidores.
En negocios:
- Afecta el sabor del café, los cubitos de hielo, los platos.
- Daña equipos como grifos, vaporeras o máquinas de helado.
- Reduce la percepción de calidad e higiene ante tus clientes.
Además, para empresas del sector salud, wellness o estética, la calidad del agua es directamente proporcional a la experiencia del cliente. Un agua clara, pura y sin sabor artificial refuerza tu imagen de marca.
¿Cómo protegerse? Soluciones reales según tu zona
En Beber Salud instalamos sistemas adaptados a cada perfil de cliente. Estas son nuestras recomendaciones:
Filtro de carbón activo
- Elimina cloro y sabores desagradables.
- Ideal para pisos en zonas urbanas.
- Requiere poco mantenimiento.
Osmosis inversa
- Elimina hasta el 99% de impurezas, incluyendo nitratos y metales.
- Muy recomendada en zonas agrícolas y con aguas duras.
- Perfecta para hogares exigentes y negocios gastronómicos.
Agua hidrogenada
- Aporta antioxidantes y mejora la hidratación.
- Cada vez más demandada en centros deportivos, clínicas, spas y gimnasios.
- Imagen premium para clientes que buscan salud y bienestar.
Descalcificadores
- Solución para zonas con agua dura.
- Prolonga la vida útil de máquinas industriales, cafeteras y grifería.
- Reduce el consumo de detergente y mejora la eficiencia energética.
¿Y si tienes un negocio? Esto te interesa aún más
Si gestionas un local donde el agua forma parte del producto final (cafetería, restaurante, centro wellness…), deberías preocuparte por su calidad tanto como por la materia prima.
Ventajas de instalar un sistema profesional:
- Mejor sabor y aroma de bebidas y alimentos.
- Ahorro en mantenimiento técnico.
- Mejora la percepción de marca y reputación.
- Diferenciación frente a la competencia.
- Mayor confianza del cliente en la higiene y la calidad general del establecimiento.
Además, incorporar agua purificada o hidrogenada en tu carta o servicio puede convertirse en una fuente adicional de ingresos. Muchas clínicas, gimnasios y hoteles ya ofrecen agua como producto premium.
Conclusión: el agua que parece limpia también puede contaminar
Los contaminantes en el agua del grifo son reales y varían según tu zona. No basta con confiar en que el agua es potable: si quieres dar un paso más hacia la salud, la sostenibilidad y la calidad, necesitas tomar decisiones informadas.
Contar con sistemas avanzados de purificación no es un lujo, es una inversión en salud, eficiencia y diferenciación comercial.
Descubre qué sistema necesitas según tu ubicación
En Beber Salud analizamos la calidad del agua en tu zona y te recomendamos la mejor solución: filtración, osmosis o agua hidrogenada. Protege tu salud, tu equipo y tu negocio.
👉 [Solicita tu diagnóstico gratuito aquí] y empieza a beber con confianza.



